viernes, 10 de mayo de 2013

XLIV

Falsa entrada de blog

Hoy me vuelo de tantas caras
¿No ves algo en el puente que se va?
¡Hola dulce viento!
Veo claramente en ti
Eres como mi amiga que se va
David Lebón – Mañana o pasado


Es difícil despegarse de la escritura “clásica”, sobre todo cuando no te decidís para qué estás tipeando. Hago esto para no volver a escribir indirectamente, para no volver a encriptar un mensaje de canciones al que le faltan la mayoría de las letras o trabar esas conversaciones circulares que fusionan sinceridad y piedad. Todo en otro tablero pero con las mismas piezas, las mismas casillas de temores y esas putas ruedas cuadradas que sólo se mueven a la fuerza. ¿Cartita metafórica? Andá a saber. Lo único que sé es que cada tanto quiero (volver a) cambiar, desinflarme de una buena vez y permanecer tranquilo -como una isla de chocolate flotando en fernet- aunque las cosas no sean tan fáciles. Pero vuelvo a lo mismo, un payasito sin risas con las máscaras de siempre. Una tristeza ancestral que sale a flote cada tanto, submarino lagrimero. Se siente como un presente entre pinzas, estudiado, abierto por la mitad y dejado en una mesa. La respuesta, la inspiración, la motivación… un bingo especial todas las noches. ¿Pero qué papel jugás vos? Fuiste un Chernobyl y la radioactividad no se te va. Ahora sos una piedrita de uranio que busca y busca (pero no quiere encontrar), algo que me arroja con furia hacia arriba para que luego actué la gravedad anímica. Si realmente me animara a decirte que comparto tu miedo, que constantemente te niego al buscarte con la misma inercia que vos lo hacés y con el temor de que el otro intente llenar un vacío. Y lo peor es que no lo digo yo, ni lo decís vos, lo dicen tus ojos de chinita que nunca aprendieron a mentir y mis nervios de adolescente.
Pero más allá de los temores y las palabras lindas (y tristes) y tristes (y lindas), hay una sensación de inicio, de novedad que nunca se va, de mentira desenterrada. Una inocencia mía que te contacta de tanto en tanto, una rayuela de caprichos que termina con una caricia en tu pelo o una mirada de enojo. Ay mi musa fernetera de ideas y sensaciones, de puchos odiados, de cantos a la madrugada, de miradas indescifrables, de “qué loco”, de ternura escondida. Una traición me toma por sorpresa otra vez (como empezó todo hace un año), un correrse del camino de nuestra bipolaridad (que nunca funciona) para decirte este algo que no se puede ni se sabe decir (pero se expresa). Una expresión que será usada en mi contra como una justificación inquebrantable de cambio a partir de este texto-carta-bomba. Una detonación para vos iniciada en una madrugada de tranquilidad/hartazgo/ansiedad y finalizada un sábado entre mates y locos inexpresivos. Como si me despidiera queriendo un hola y un adiós al mismo tiempo, doy un paso lejos de mi dependencia crónica (y de la tuya?) para buscar provocar un cambio, te sacrifico nuevamente por ese algo que no tiene nombre. Sin querer empezar a esperarte, prefiero despedirme primero con un te quiero y un adiós.


Nicolino
Fecha sin precisar

jueves, 9 de mayo de 2013

XLIII



Nirvana de papel

            Vos y tu feliz camino pedregoso, una elección difícil de seguir pero fácil de cambiar. Es tan fuerte tu afán de destruir lo malo en vos que tus sesiones de sangre solitaria son pan y veneno en las largas noches de conciencia. Serán tus propios reflejos los victimarios de tu cambio siempre postergado, gélidas refracciones que olfatean y comen tus fracasos pasajeros. Convivir con tus instantes eternos, proyecciones bipolares de ansiedades y alegrías. Ruletas caníbales de la vida cotidiana, el azar que eleva, mata y revive sin explicarte el por qué. Nirvana de papel tan cerca y tan lejos.

Nicolino
05/04/13

miércoles, 3 de abril de 2013

XLII



Concatenaciones

Máscara de luna
esa puerta no debiste abrir,
pero ya abierta es tan real
Charly Garcia - Bubulina

I.                    Hermanos

La sangre misma se junta y diferencia en un solo acto. Dos puntos distantes, gemelos sufriéndose, amamantándose de la misma desolación enigmática. Cada vez más cerca de la verdadera lejanía. El uno cerco, tapias podridas que simulan prisión de oro. El otro cielo techado, soles abortados que iluminan un falso ídolo. Adictos a ese inagotable juego de damas, curiosas trayectorias del motorpsico cotidiano. ¿Quiénes fueron y quienes serán? Ellos son…


II.                  Objetivo

Un óxido liberador te corroe
Quemás tu falsa paz, mi querido extraño
Recuerdos-paredes asfixiantes, demandantes
El sarro mental quiebra tu armadurita dorada

Alejado de quien más te entendería
El doble filo de las soledades paralelas
Un vals de 15 años, tu niña perdida
Estar solo sin morir en cada noche

Un objetivo que justifique tu soledad

III.                Piedra agridulce

Tu fin más sufrido transmutado en el alfa más curioso. Debilidades ajenas (¿y propias?) vencidas, fuiste provocado desde el abismo más oscuro, deseado detrás del vidrio doliente. La superación y los nuevos fantasmas. Recuperaste tu piel, probaste del cáliz rosado. Seguís buscando tu voltaje correcto, nivelando tus ansiedades, cayendo y volando en el mismo segundo. Rayo de sol, ¿qué cambió en vos realmente? Creás tantos astros de calor pero sin nunca poder satisfacerte.
Derrumbaste pedestales y ahora el temor a los escombros te desarma. Una piedrita boicotea tus pasos. Sincronizadamente barreras y miradas, bocanadas en ese perfecto enfado de siempre. Un sin tiempo agridulce de futuros esquineros (tan prometedores) y viejos miedos, tu yo que quiere ser y esa eterna búsqueda en la periferia de los ojos más finos.


IV.                Casilleros del nuevo juego

A partir de ahora los caminos realmente se bifurcarán. Sus búsquedas de siempre cobrarán otro sabor. Los pedidos, las exigencias, los logros serán transmutados en nuevos espacios. Una coincidencia dentro de varios años, un repensar del futuro. El día que se vuelvan a cruzar, los dos iguales ajenos sabrán reconocerse… más hermanos que nunca.


Nicolino
02/04/13

miércoles, 23 de enero de 2013

XLI



Polifonía(s)


No sé si voy y vengo, si acaso estoy,
Ni sé si me podría fugar 

Luis Alberto Spinetta

Silbar bajo tres atmosferas escondiéndose de los huequitos del silencio. Recorrer sensaciones recientes de una red de incoherencias ligeramente soportables. Retroceder tres casilleros, replantearse la meta, jugar sin dados. Trece de nacimiento, trece de cambio, cosmogonía quebrándose.

Hélices nocturnas del sueño imposible, vasos y lunas líquidas. Distancias que derrotan, paredes, jeroglíficos de una visita nunca hecha. Encierro capullo, hibernación de verano, fragmentos de personalidad. Voces que se cuelan, naufrago de frente alta, remordimientos de oro sucio.


Nicolino
19/01/13