Risa del origen
Imaginate un punto de atracción difícil de rastrear pero
que sospechás dónde puede llegar a estar. La idea sería explorarlo,
caracterizarlo y sistematizar sus posibles alcances anímicos. Sin embargo, se suele
perder en aguas infinitas que se dividen de a ratos, arbitrariamente diseños o
esquemas que secuestran toda mi atención enmudeciendo mis engranajes mentales.
Por momentos baja y recorre mesetas imperfectas custodiadas por dos soles
intermitentes hasta llegar a lo más peligroso de estas aventuras perceptivas.
Me refiero a una trampa (y realmente lo es, sin lugar a dudas) en la que todo
termina y comienza indefectiblemente. Ahí se generan y proyectan todo tipo de
mundos, invocaciones varias de dulzura y rechazo que mis ojos buscan y escapan al
atravesar de forma incoherente tu constelación luminosa.
Nicolino
26/04/15