Dedicado al Sindicato de Maquinadores y, en especial, a mi gran amigo. Un supuesto punto arquimédico de una madrugada me hizo pensar sobre pensar... la maquinación humana es compleja, siniestra y hasta podría decir hermosa.
Engranajes
¿Quién mueve
estos hilos? Todo a partir de esos hechos (¿macabros?) que se repiten hasta el
hartazgo, sin poder controlar la bronca que brota al caer en el mismo error.
Tal vez una palabra, una sílaba, un silencio... lo que sea. ¿Qué viene después?
Será cuestión de inventar algo (una mentira asquerosa) para calmar lo que no se
puede calmar, ese inevitable tan conocido. Y al final llegarán, las
revoluciones por minuto, por segundo, por centésima... tantas posibilidades
(una peor que la otra), tantos finales tristes; una mente consumida por un
temor (in)justificado.
Todo esto en
un abrir y cerrar de ojos, fábrica de errores futuros, siempre atenta, lista y
dispuesta a lo que sea para hacerme perder la calma. La poca calma que cuesta tanto
juntar para sentirse seguro, sentirse bien, condición-meta-situación-deseo que
siempre será víctima de nuestros benditos engranajes…
Nicolino
11/02/11
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