Hace casi un año, se concentraron en un día elementos muy disímiles. Un pianista, una mujer y el llanto ajeno de alguien. Aislado en mi inacción, sólo pude reaccionar escribiendo (lo unico que se puede hacer a veces).
Claro
de superluna
Dos rosas en la tapa de un piano se balancean proyectándose en el borde de mi locura. Una
mujer intenta tocar notas bastardas, extinguidas hace tiempo. Pétalos de fuego
y lágrimas de olvido queman su piel y borran sus recuerdos. Ella olvida,
abandona, desaparece. Pero una parte continua, seis años de melodía etérea…
sufriendo. Un recuerdo mantiene viva a una pianista que ya no tiene voz, que no
tiene rostro; manos de olvido tocan eternamente mi piel de
marfil.
Nicolino
23/05/11
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